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'El cierre de la estación es un síntoma de una enfermedad’.

Bill McKinney 

Residente de Kensington y director ejecutivo de New Kensington Community Development Corporation (NKCDC) 

Me impacta directamente porque esa ha sido mi estación principal por los últimos 20 años. Ir al centro de la ciudad, ya sea por razones médicas, para ir al doctor, para comprar comida fresca o para ir a ver amigos, esa es mi principal forma de transporte. 

Me impacta en la comunidad directamente debido a mi trabajo. La ubicación de nuestro edificio es, no lo sé, a 150 pies de la estación del tren. Y en New Kensington, hacemos de todo, desde ofrecer preparación de impuestos gratuita, asesoramiento gratuito sobre vivienda contra desalojos y ejecuciones hipotecarias, y apoyo para pequeños negocios. Tenemos trabajadores de salud comunitarios que trabajan fuera de allí. Quiero decir, es una lista larga de lo que hacemos en New Kensington, y [debido al cierre,] la gente va a tener un acceso muy limitado para venir a vernos. Y también es una dificultad para nuestros empleados que no pueden caminar hasta allí. Puedo caminar a la oficina en cinco minutos, pero otras personas no pueden. 

Están esos niveles, y luego pienso en los residentes en general. Hay personas que, por sus condiciones físicas, quizás no puedan llegar a otra estación del tren, literalmente. Hay personas en sillas de ruedas y andadores que no pueden llegar a otro lugar de la misma manera. Al igual que yo, ese tren es su principal forma de conseguir comida, llegar a la atención médica, ver a sus amigos y llegar a sus trabajos. Por lo tanto tiene un impacto significativo en la gente. 

Estas son las condiciones reales aquí. Hay orina y desechos humanos en toda la estación con regularidad. Hay agujas por ahí; estás pisando sangre. Quiero decir, estas son malas condiciones. Por eso también nos solidarizamos con los trabajadores. No es seguro para ellos. No es seguro para los residentes. 

Además de las personas que duermen y que se refugian en la estación, también hay personas que usan drogas intravenosas. Y es un desafío. Creo que es un lugar aterrador para mucha gente. Me puedo imaginar, no tengo hijos, pero para muchas personas que deben traer a su niños, es un desafío.  Y si vas a algunos de los mapas de delitos, porque la gente se está congregando en estos espacios, hay muchos delitos que están ocurriendo allí. 

[SEPTA] hará todo lo posible para limpiar, para que las cosas mecánicas funcionen correctamente. Van a hacer lo que puedan para que esas cosas sean seguras. Pero obviamente, el problema es más grande. Y si no se abordan los problemas centrales, volveremos a donde estamos ahora en poco tiempo. 

Por lo tanto, el énfasis debe cambiar, a no sólo ocuparse de la reapertura sino para abordar los problemas más grandes, como la falta de vivienda, como la epidemia de opioides, como la pobreza, como la violencia, como las estrategias de desarrollo económico que se están llevando a cabo en este momento. Todas esas piezas fueron lo que llevaron al cierre de la estación. El cierre de la estación es un síntoma de una enfermedad. 

Si. Lo único que agregaría es el poder de influir en el cambio. 

Tiene que ser diferente. Si piensas en una escala de participación, bastante bajo en ella está informar a la gente. Y SEPTA ni siquiera hizo esta pieza básica de informar. Nuestro objetivo no es solo informar a las personas sino llevarlas a las etapas intermedias. Empiecen a generar ideas sobre la consulta y a compartir algo del poder, y luego llegas a un punto de control comunitario.  


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Traductora: Kalú Fermandois / Editora: Kalú Fermandois, Zari Tarazona / Diseñador: Henry Savage

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