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Esto marca mi tercer semestre enseñando arte en Taller Puertorriqueño y trabajando con niños de 6 a 14 años. Soy de una pequeña ciudad cerca de Buffalo, Nueva York, y antes de venir a Kensington, otras personas me dijeron que era un lugar peligroso.

Pero desde que trabajé en Taller como artista, aprendí que Kensington está lleno de personas hermosas, creativas, resilientes, inteligentes y talentosas. El barrio está lleno de murales, esculturas, artistas, música y cultura.

Ha sido un trabajo gratificante, y sigo creciendo y aprendiendo cada día que estoy aquí. Hay muchas cosas que amo de mi trabajo, pero aquí hay algunas:

Me encanta lo que aprendo mientras investigo personas y proyectos para compartir con los niños, como los Young Lords. Descubrí que solían reunirse en Taller y muchos de los miembros eran estudiantes. Compartir su mensaje para crear una vida mejor para los puertorriqueños en América inspiró los collages hechos por los estudiantes en respuesta.

La maestra de Taller Puertorriqueño Ava Haitz (centro), la Directora de Educación Marilyn Rodriguez (izquierda) y la Coordinadora de Desarrollo y Mercadotecnia Katerina Lydon (derecha) posan con niños de los programas después de la escuela de Taller el 12 de febrero de 2019. (Foto por Jillian Bauer-Reese)

Me encanta compartir mi pasión con mentes jóvenes y creativas, sabiendo que podría tener un impacto positivo y duradero en ellas. Tengo la oportunidad de compartir mi pasión por crear arte, y el arte poderoso tiene que curarnos e impactar a quienes nos rodean.

Me encanta estar en un entorno creativo y tener la libertad de expresar ideas y formas de pensar a los jóvenes. Aprendimos que la meditación regular puede aumentar nuestra capacidad de tener empatía y disminuir la impulsividad y la ansiedad. Medito con mis alumnos todos los martes.

Estoy muy orgullosa de tener la oportunidad de vincularme con los jóvenes aquí, sus familias y los artistas que trabajan, para comprender más sobre este vecindario. Mi objetivo es inspirar a esta generación de niños pequeños a preocuparse por el impacto que tienen en ellos mismos y en el mundo.

Creo que el futuro de Kensington es brillante y, a pesar de sus dificultades, el vecindario está lleno de belleza y amor. Siento que me he convertido en parte de una comunidad aquí, y he podido crecer como maestra y artista. El amor infinito que recibo de mis alumnos es algo que siempre apreciaré.


Editora: Claire Wolters / Diseñadora: Jillian Bauer-Reese / Traductora: Kristine Aponte