Nota de la editora: El nombre completo del autor fue retenido por razones de privacidad. “Paco” es el apodo del autor en el vecindario de Kensington.
Mi nombre es Paco. Soy un grafitero muy conocido en Kensington. Nací y crecí aquí. He estado haciendo graffiti toda mi vida hasta que me inspiré para pintar. En 2017, comencé a juntarme con gente que trabajaba y pintaba. Me mostraron un tipo diferente de arte, y me enamoré de él.
Pintar es una experiencia más profunda para mí porque todos mis sentimientos, estados de ánimo y lo que estoy pensando van en mis pinturas. Con el graffiti, solo puedo expresar el mismo tipo de sentimientos. Pintar me hace sentir libre de estrés. También siento que mi arte es una forma de conectarme con la gente.
Me inspiro de diferentes maneras. Por ejemplo, trato de incluir cosas que veo en mi arte. También trato de incorporar ciertas cosas en mi lienzo, como mis experiencias de vida, los colores que veo en los edificios o los colores que no he usado en mucho tiempo y que me llaman la atención. Siento que todo lo que hago es muy apasionado. Soy una persona muy apasionada. Creo que mi arte muestra mi dolor.
Espero que cuando leas este ensayo entiendas mi arte, tan doloroso como es. Nunca entendí realmente el arte. Siempre lo vi como si fuera algo que la gente hace por diversión, y nunca pensé que significaría tanto para mí. Algunos podrían decir que es un pasatiempo; algunos podrían decir que es terapia. Para mí, pintar es un estilo de vida. Es una comprensión sin expectativas, solo expresión pura. Algunas piezas duelen, otras traen alegría y algunas incluso traen inspiración a la vida de las personas. La vida trae más dolor que buenos recuerdos de donde soy.
Para entender mi dolor, tienes que sentir mi arte. Es auténtico, y cada pieza me da un soplo de aire fresco. Me encantan los pensamientos que surgen cuando estoy trabajando. A veces puede ser abrumador, pero nunca cuestionaré mi arte porque no hay errores cuando proviene de tu imaginación. Es una parte de mí, y amo profundamente lo que hago. Me hace sentir vivo y, a veces, solía preguntarme por qué pinto y cuál era mi propósito hasta que me di cuenta de la completa tranquilidad que tengo mientras trabajo. Así que no necesito una razón o propósito específico. No tengo que responderle a nadie más que a mí mismo mientras pinto. Cada pensamiento se aclara y mis emociones se transfieren a mi lienzo, mostrando mi proceso de pensamiento.
Traductora: Mónica Perez / Editora: Zari Tarazona / Diseñadora: Zari Tarazona