Nota de la editora: Este artículo fue originalmente publicado en inglés por Miles Bryan para WHYY. Fue traducido por Diana Cristancho y editado por Siani Colón y Solmaira Valerio para Kensington Voice.
En medio del cierre del coronavirus, Shamika Williams estaba agradecida que una de las rutinas de su familia no cambiaría: sus hijos aún podían ir a la guardería.
Williams, que envía a su hijo de cuatro años y a su hija de nueve años al Al-Madinah Learning Center, en el sur de Filadelfia, se alegró de descubrir que, incluso cuando las escuelas y otros negocios cerraron durante dos semanas, las guarderías habian sido considerado “esenciales” por la ciudad.
Pero alrededor de las 11 p.m. del lunes, Williams recibió un mensaje de texto de su proveedor de cuidado infantil: el centro cerraría, por orden del gobernador Tom Wolf.
“Fue molesto porque fue muy repentino”, dijo Williams. “Te han quitado otra norma”.
Los padres y los proveedores de cuidado infantil describieron que recibieron mensajes mixtos y una falta de orientación clara el lunes sobre si los cuidados infantiles podrían permanecer abiertos durante el cierre. A medida que la administración de Wolf presionó para cerrar las instalaciones de cuidado infantil, la ciudad las enumeró como exentas.
El martes por la tarde, los funcionarios de Filadelfia habían acudido.
“Hoy aclaramos nuestra declaración anterior”, dijo el portavoz de la ciudad Mike Dunn en respuesta a las preguntas de Keystone Crossroads. “Las guarderías se consideran no esenciales, pero pueden permanecer abiertas con una exención del Estado”.
Las guarderías que operan en la casa de alguien y atienden a menos de dieciséis niños (sin contar los familiares del operador) están exentas de la prohibición, según un portavoz de Pennsylvania Department of Health.
El estado continuará pagando subsidios a los proveedores que cuidan a los niños inscritos en Child Care Works, un programa estatal que ayuda a las familias de bajos ingresos, hasta el 30 de abril, no importa si están abiertos o no.
Aishah Holiday, la directora de guarderías en Al-Madinah, también se había confundido. Ella monitoreó las noticias el lunes y se sintió aliviada al ver que los centros de cuidado infantil aparentemente estaban exentos de la orden de cierre.
“Continuamos con los negocios como siempre, les dijimos a nuestros padres: ‘Nos vemos mañana. ¡Tenga un buen día!'”
Holiday dijo que recibió una nota del estado alrededor de las 6 p.m. ordenándole que cerrara.
“Tenía padres en mi teléfono a las 4:30 am [el martes]”, dijo Holiday. “Debido a que tuvieron que ir a trabajar … Realmente desearía que la comunicación hubiera sido un poco mejor”.
Otros centros de cuidado infantil en Filadelfia dicen que no recibieron el mensaje a tiempo para cerrar el martes.
La mujer que contestó el teléfono en Daddy’s Daycare en el oeste de Filadelfia alrededor del mediodía acababa de enviar a los niños a casa. “Se suponía que íbamos a estar cerrados anoche”, dijo.
La mujer que contestó en el Children’s Day Day Center en el sur de Filadelfia dijo que todavía estaba abierta y que permanecería así “mientras nos lo permitieran”.
“Estábamos recibiendo información mixta”, dijo Juanita Medina, propietaria de Mi Familia Childcare Center en Olney.
Medina dijo al final del fin de semana que se estaba “poniendo bastante nerviosa” por la posibilidad de permanecer abierta mientras las escuelas y los negocios cierran. Muchas de sus familias también lo fueron: solo diez de los treinta niños que normalmente asisten a su centro se presentaron el lunes.
El correo electrónico que recibió del estado el lunes por la noche ordenándole que cerrara fue un alivio, dijo Medina. Solo deseaba que hubiera llegado antes.
“Aunque somos ‘esenciales’, tenemos que pensar en nuestras familias y en nosotros mismos”, dijo.
Para Shamika Williams, la falta de guardería significa una casa llena por el futuro indefinido: además de sus hijos más pequeños, tiene dos estudiantes de secundaria, los cuales están tratando de adaptarse al aprendizaje remoto.
Williams, una empleada de School District of Philadelphia que trabaja desde su casa, dice que atender a su familia en tiempo completo será un desafío. Pero su familia, como todos los demás en la ciudad, se está adaptando.
“Supongo que esta será la nueva norma, hasta que el tiempo nos diga lo contrario”, dijo.
Traductora: Diana Cristancho / Editoras: Solmaira Valerio, Siani Colón / Diseñadora: Jillian Bauer-Reese
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