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Para las comunidades negras y latinas del norte de Filadelfia, el COVID prolongado es una carga desigual

Después de 32 años conduciendo en la carretera, Luis no tuvo más remedio que retirarse temprano de la conducción de camiones cuando un caso de COVID-19 lo dejó sin poder trabajar y al fin no pudo pasar el examen físico CDL.

Luis, residente de Olney y paciente del Centro de Salud de Congreso, contrajo COVID-19 el 18 de marzo de 2020. Él se contagió en el trabajo, después de conducir hasta el Bronx, ciudad de Nueva York, realizando una entrega en un almacén.

“Alguien en ese almacén en particular tenía COVID”, dijo Luis, de 67 años, cuyo apellido está siendo retenido para proteger su privacidad. “Cuando me enteré, me asusté un poco. [El COVID] estaba fuera de control en ese momento”.

Una semana después, Luis comenzó a sentirse enfermo y no fue a trabajar. Cuando sus síntomas empeoraron, trató de evitar ir al hospital, porque sabía que estaría aislado de sus seres queridos.

“No quería hacer pasar a mi familia por eso, y no quería ir”, dijo. “Pero llegó al punto en que ya no podía respirar”.

A finales de marzo, la familia de Luis lo llevó a un hospital cercano para recibir oxígeno y atención médica. Cuando llegó, los trabajadores de la salud lo pusieron en una sala de aislamiento y le pidieron a su familia que se fuera.

Durante su estadía en el hospital, Luis dijo que se perdió el cumpleaños de su esposa. Él se comunicó con su familia a través de Facebook Live ya que no podía recibir visitas.

“Sentí como que alguien podía morir por estar cerca de mí”, dijo. “Me di cuenta de que mis hijos estaban expuestos a esto. Mi esposa estuvo expuesta por mi terquedad. Yo era testarudo. Esa es una realización por la que tienes que pasar”. 

Un par de semanas después, le dieron de alta a Luis del hospital y regresó a casa. Pero aunque sus síntomas iniciales de COVID-19 mejoraron, algunos de ellos no desaparecieron. Y aunque Luis dijo que en realidad “nunca había estado enfermo”, eventualmente desarrolló nuevos problemas de salud asociados con el “COVID prolongado”.

Luis es uno del 20 % de adultos estadounidenses que ha desarrollado síntomas prolongados de COVID después de contraer el COVID-19. El COVID prolongado también se denomina comúnmente “COVID de larga duración”, “post-COVID” y “COVID-19 post-agudo”.

Las personas con el COVID-19 grave corren un mayor riesgo de contraer el COVID prolongado, pero cualquiera que haya estado infectado con el virus puede contraerlo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). 

El COVID prolongado puede causar una amplia variedad de síntomas de salud, incluidas enfermedades respiratorias y relacionadas con el corazón, problemas neurológicos y problemas digestivos, según los CDC. Estos síntomas suelen surgir al menos cuatro semanas después de la infección inicial por el COVID-19. Pueden durar semanas, meses e incluso años.

‘Fui golpeado físicamente por esto’

Luis, residente del norte de Filadelfia, posa para una foto en el balcón de su casa en Olney el 15 de agosto de 2022. Luis comenzó a experimentar síntomas del COVID prolongado en el 2020. (Foto por Jillian Bauer-Reese)

Antes de que le dieran de alta a Luis del hospital, un médico le dijo que tomaría tiempo para que mejorara su capacidad pulmonar. Pero dijieron que no había garantía de que volvería a ser como era antes de contraer el virus.

“Estaba determinado a volver a mi capacidad pulmonar normal”, dijo Luis.

Para Luis, su primer gran desafío fueron sus pulmones heridos y subir y bajar las escaleras. En casa, tuvo que usar oxígeno constante durante un mes y usaba un oxímetro de pulso para medir su nivel de oxígeno unas cuatro o cinco veces al día.

Durante varios meses, Luis desarrolló varios problemas de salud que no tenía antes de contraer el virus, incluyendo dificultad para respirar y daño renal. También le diagnosticaron asma y diabetes y luchó con problemas de salud mental. Según Luis, su retiro repentino del trabajo y los desafíos a principios de su recuperación le causaron la mayor parte de su depresión.

Ahora, que han pasado más de dos años después de contraer el COVID-19, sus síntomas del COVID prolongado han mejorado. Sin embargo, a veces todavía tiene problemas para respirar.

Debido a sus síntomas prolongados y a que contrajo el COVID-19 mientras trabajaba, Luis recibió temporalmente una indemnización laboral de su empleador. Pero no era elegible para una discapacidad a largo plazo porque el COVID prolongado no se consideró una discapacidad hasta julio de 2021.

Entonces, cuando sus síntomas persistieron un par de meses después, tuvo que tomar una gran decisión: retirarse a los 65 años o volver a trabajar.

“Debería de retirarme porque no puedo volver a trabajar y necesito un ingreso”, dijo. “ … El COVID se había curado, pero me golpeó físicamente”.

Fue durante ese tiempo que el médico de Luis también le diagnosticó diabetes tipo 1, el dijo. 

La recuperación del COVID prolongado en el norte de Filadelfia

El Dr. Daniel Salerno, médico de atención crítica pulmonar en el Hospital de la Universidad de Temple, posa para una foto en su oficina en agosto de 2022. (Fotografía cortesía del Temple Lung Center)

El Dr. Daniel Salerno, médico de atención crítica pulmonar en el Hospital de la Universidad de Temple, ha visto de primera mano el impacto del COVID prolongado.

“Incluso desde el comienzo de la pandemia, imaginamos que algunos de estos pacientes iban a tener problemas pulmonares a largo plazo porque el COVID estaba afectando el sistema pulmonar”, dijo Salerno.

En mayo de 2022, Salerno y sus compañeros de trabajo comenzaron a atender a pacientes con el COVID prolongado a través de visitas de telesalud. Luego, una vez que las restricciones por el COVID-19 de la ciudad lo permitieron, los pacientes con problemas respiratorios y otros problemas pulmonares pudieron visitar la clínica pulmonar del hospital para pruebas de función pulmonar y otros servicios.

Salerno dijo que la mayoría de los pacientes de la clínica tenían condiciones previas al COVID, como diabetes, presión arterial alta y obesidad.

Ahora, la Clínica de Recuperación Post-COVID es administrada por Temple Lung Center. Los neumólogos del centro proporcionan atención médica y referencias a otros especialistas dentro de Temple Health si es necesario, según un portavoz del Temple Lung Center.

El Dr. Daniel Salerno, médico de atención crítica pulmonar en el Hospital de la Universidad de Temple, muestra un ejemplo de una visita al consultorio de un paciente en el Temple Lung Center. (Foto cortesía del Temple Lung Center)

Salerno dijo que algunos pacientes con el COVID prolongado han tenido que recibir trasplantes de pulmón debido a enfermedades pulmonares como la fibrosis pulmonar. Además, dijo que los pacientes con enfermedades pulmonares crónicas leves, como el asma, han experimentado un empeoramiento de las condiciones después de tener el COVID-19.

Para aquellos que creen que necesitan tratamiento para el COVID prolongado, Salerno dijo que el primer paso es consultar a un médico especialista que trate el tipo de síntomas que tienen. Por ejemplo, para la dificultad para respirar o la tos, las personas deben consultar a un neumólogo. Pero para la dificultad para concentrarse, conocida como “niebla mental” o dolores de cabeza, las personas deben consultar a un neurólogo.

Dependiendo del seguro, él dijo que las personas necesitan una referencia de su médico de atención primaria para ver a un especialista. Si no tienen un proveedor de atención primaria, pueden buscar atención primaria gratuita o de bajo costo aquí.

El impacto desproporcionado del COVID prolongado en las personas de color

La Dra. Katiuschka Núñez, una doctora de medicina familiar del Centro de Salud de Congreso, posa para una foto en el vestíbulo del Centro de Salud de Congreso el 5 de agosto de 2022. (Foto por Khysir Carter)

Mientras tanto, en Fairhill, en el Centro de Salud de Congreso, muchos de los residentes a los que atiende el centro presentan condiciones de salud que los ponen en mayor riesgo de contraer el COVID prolongado. Estas condiciones incluyen diabetes y enfermedades pulmonares crónicas como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)

En los vecindarios alrededor del Centro de Salud de Congreso, estas condiciones de salud afectan de manera desproporcionada más aún a los residentes de esos vecindarios en comparación con los residentes de   vecindarios más ricos como Chestnut Hill y Center City. De hecho, investigaciones que enfatizan el impacto que los vecindarios tienen en la salud de uno han mostrado que Fairhill, Upper Kensington, y Olney  tienen algunos de los peores resultados de salud en la ciudad.  

La población de servicio de Congreso también está compuesta por personas que se han visto afectadas de manera desproporcionada por la infecciones de COVID-19: los residentes negros y hispanos. En Temple, Salerno dijo que alrededor del 85 % de los primeros pacientes de la clinica del COVID prolongado eran negros o hispanos. Y un estudio de investigación nacional identificó recientemente características similares. Ese estudio encontró que los pacientes en la clinica con COVID prolongado que estuvieron hospitalizados eran desproporcionadamente negros en comparación con todos los pacientes hospitalizados y tenían más probabilidades de tener más de una enfermedad o afección previa al COVID.

“Hay un riesgo más grande, y esa es una realidad lamentable”, dijo la Dra. Katiuschka Núñez, doctora de medicina familiar en el Centro de Salud de Congreso.

Núñez agregó que si alguien ya tiene dificultades para acceder a la atención médica, como aquellos que viven en los vecindarios mayoritariamente negros y latinos con recursos limitados, será más difícil para ellos obtener el tratamiento que necesitan para la recuperación del COVID-19.

Sin embargo, para prevenir o reducir el impacto del COVID prolongado, los expertos locales en salud recomiendan fuertemente seguir las recomendaciones de los CDC, especialmente vacunarse

Según los CDC, las personas que no están vacunadas y contraen el COVID-19 pueden correr un mayor riesgo de desarrollar el COVID prolongado en comparación con las personas vacunadas con infecciones.

“La vacunación ha sido un factor protector para evitar que las personas tengan síntomas del COVID prolongado”, dijo Núñez. “Habiendo dicho eso, no significa que sea una garantía. Pero reduce el riesgo de síntomas del COVID prolongado”.

Lea más: Dónde vacunarse contra el COVID-19 en Kensington y respuestas a sus preguntas frecuentes 

Siguiendo adelante: ‘Mucho de esto debería mejorar con el tiempo’

Luis, residente de Olney, posa para una foto frente a su nueva casa rodante el 15 de agosto de 2022. Luis compró una casa rodante después de retirarse debido a las complicaciones del COVID prolongado. (Foto por Jillian Bauer-Reese)

Para la recuperación de Luis, comenzó a controlar su nivel de azúcar en la sangre, a comer más saludable, a hacer ejercicio y a tomar nuevos medicamentos. De vez en cuando, dijo que tiene problemas para respirar y pierde el sentido del olfato. Pero por lo demás, su salud ha mejorado.

Con la ayuda de su médico en el Centro de Salud del Congreso, Luis dijo que su diabetes ahora está en remisión y que su capacidad pulmonar aumentó del 45 % cuando estaba en el hospital al 95 % ahora.

“Fue una lucha”, dijo. “Fue una pelea dura, pero me alegro de haber ganado”.

Luis, quien es puertorriqueño, dijo que la parte más desafiante de tratar su diabetes fue renunciar a algunas de sus comidas favoritas.

“Eso fue lo más difícil porque para mí, como puertorriqueño, no comer arroz era difícil”, dijo. “Pero es lo que es. Tienes que hacer lo que tienes que hacer para sobrevivir”.

Desde el año 2020, Luis dijo que su salud mental también ha mejorado. Ahora, se siente mejor emocionalmente y trata de mantenerse ocupado. Por ejemplo, ha estado haciendo algunas mejoras en el hogar y viajando con su esposa en su casa rodante recién comprada.

En el Centro de Salud de Congreso, Núñez dijo que trata de darles a sus pacientes con COVID prolongado una sensación de empoderamiento. Ella los ayuda a identificar los cambios que pueden hacer en sus vidas para mejorar su salud física, su salud mental y sus hábitos de nutrición.

“Mientras sientan que están siguiendo todas las recomendaciones necesarias, tomando sus medicamentos, [y] tratando de hacer lo que puedan de su parte, muchos de sus síntomas deberían mejorar con el tiempo”, dijo.

Y en el Hospital de Temple, Salerno alienta a los pacientes con COVID prolongado a unirse a grupos de apoyo en línea donde pueden compartir sus historias e información sobre nuevos tratamientos, incluidos los ensayos clínicos.

Para Luis, dijo que su familia fue su principal fuente de apoyo durante su enfermedad y recuperación. También compartió unas palabras de aliento para las personas con síntomas del COVID prolongado, como él.

“No te rindas porque sí se mejora”, dijo Luis.


Traductora: Yuney Garcia Editoras: Solmaira Valerio Diseñadora: Zari Tarazona

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