Hola a todos, mi nombre es Sean y uso pronombres de “they/them”. Soy un joven negro LGBT de 19 años que se prepara para terminar su primer año en el Colegio Comunitario de Filadelfia (Community College of Philadelphia). Me gusta escribir poesía y cuentos. Durante mis años de escuela secundaria, manejé mi vida en la escuela y la casa. También trabajé en la Biblioteca Pública de Filadelfia (Free Library of Philadelphia) y fui miembro de Youth United for Change (YUC -por su sigla en inglés-), un grupo organizador juvenil sin fines de lucro. Mirando hacia atrás, crecí mucho en esos cuatro años. La Biblioteca Pública me ayudó a moldear habilidades como la gestión de libros y el servicio al cliente en una base para convertirme algún día en bibliotecario. A medida que la biblioteca nutría el crecimiento de mi carrera, YUC nutrio mi crecimiento en liderazgo y conocimiento político.
Fuera de la escuela y la casa, pasaba la mayor parte del tiempo en YUC. Durante el año escolar, los estudiantes de YUC de diferentes escuelas de la ciudad participan en varias campañas para cambiar las condiciones dentro de nuestras comunidades. Recientemente, nuestros mayores logros han sido prevenir el cierre de Kensington Health Sciences Academy, obtener un mejor acceso al agua en nuestras escuelas y abordar cómo las escuelas impactan negativamente en la salud mental de los estudiantes. Durante los últimos tres veranos, los estudiantes y el personal de YUC se han unido para participar en el proyecto VOTA! en el que vamos puerta en puerta, llamamos a la gente por teléfono y creamos estrategias para conectar con la gente del vecindario de Kensington. Desafortunadamente, debido a preocupaciones de seguridad asociadas con la pandemia, solo pudimos conectar con los miembros de la comunidad llamándolos por teléfono en nuestro trabajo de participación cívica.
Nuestro trabajo de participación cívica se basa en Kensington porque a menudo se considera el vecindario menos seguro en Filadelfia debido a la violencia de las drogas y la falta de recursos comunitarios.
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Desde el comienzo de la pandemia, creo que las personas de color han sido las menos seguras dentro de nuestras propias comunidades. Desde el aumento de la violencia policial durante el aumento de las protestas de BLM, la inestabilidad financiera dentro de nuestros hogares y el retiro de fondos financieros por parte del gobierno para recursos comunitarios. Además de la inacción prolongada de los Estados Unidos en el tratamiento del COVID-19 ha provocado muertes innecesarias entre los civiles y los trabajadores de primera línea de color. El COVID-19 también afectó muchos aspectos de mi vida personal, desde que mi madre contrajo el virus hasta que la escuela y la biblioteca cerraron físicamente durante mis últimos meses de la escuela secundaria.
Estos problemas reflejan el sistema de los Estados Unidos en general, que crea condiciones en las que las personas que no se preocupan por nuestras comunidades son elegidas para cargos municipales y las personas que viven aquí no pueden pagar las necesidades básicas como alimentos y agua. Si bien países como Nueva Zelanda están manejando de manera proactiva el COVID-19, el virus continúa cobrándose la vida de los seres queridos de las personas en los EE.UU. Muchas personas, incluido yo mismo, estamos indignados de cómo estas condiciones nos hacen sentir inseguros en nuestras propias comunidades, por lo que estamos trabajando para tomar una posición en su contra.
En YUC, creo que hemos estado adoptando una posición contra estas condiciones injustas que se han expuesto aún más durante la pandemia. En el verano de 2019, realizamos una reunión comunitaria en la que hablamos sobre problemas en el vecindario, como más botes de basura y cajas de agujas. COVID-19 cambió nuestros planes para el verano siguiente. Realizamos grupos focales virtuales donde hablamos sobre el mejor uso de los fondos de la ciudad para apoyar a las personas que viven en nuestras comunidades. En ambos veranos, usamos nuestro Marco de seguridad para ayudar a guiar nuestras conversaciones con los miembros de la comunidad sobre la seguridad en el vecindario.
El Marco de seguridad es nuestra guía sobre cómo debería ser una comunidad segura. Nuestras comunidades a menudo son privadas de inversión y de sus derechos, lo que da como resultado que los miembros de la comunidad experimenten daños innecesarios. Nuestro marco aborda cómo la sociedad culpa a los individuos por experimentar daños en lugar de la estructura que los crea en primer lugar. Esto informó las decisiones de YUC en los últimos meses de 2020. Para asegurarnos de que nuestras comunidades estuvieran representadas en el electorado durante las elecciones de 2020, nos conectamos con los miembros de la comunidad y les preguntamos sobre su plan para llegar a las urnas, como parte de nuestros esfuerzos de Salir para votar (Get out the Vote, GOTV -por su sigla en inglés-). Nuestras conversaciones con los miembros de la comunidad también informaron nuestra nueva campaña de saneamiento para mejorar la regulación de la basura.
Bajo nuestra estructura actual, nuestra sociedad no nos protege de daños. Antes de la pandemia, las personas apenas podían mantenerse a sí mismas, y mucho menos a sus propias familias, porque el precio de la vida ha aumentado sin un cambio en el salario mínimo. Hay una falta de estabilidad dentro de nuestros propios hogares, ya sea por la estructura o por nuestra falta de dinero. Las tiendas de comestibles de nuestro vecindario a menudo discriminan a las personas de color o venden alimentos poco saludables. La policía llega a nuestros vecindarios para mantener a las personas a salvo, pero a menudo son los perpetradores de violencia contra las personas de color. Los recursos que nos rodean, como las bibliotecas, no están equipados para ayudar a las comunidades a las que deben servir. Por mi experiencia trabajando en varias sucursales de la Biblioteca Pública en el norte de Filadelfia (como Kensington, Lovett y Nicetown), reconozco que los recursos comunitarios a menudo experimentan menos inversión. Desde sucursales con poco personal, empleados con exceso de trabajo y tecnología desactualizada, los problemas superpuestos hacen que nuestras bibliotecas no estén equipadas para servir a nuestras comunidades. A pesar de las deficiencias de la biblioteca, tiene el potencial de ser un recurso aún mayor para las comunidades a las que sirven.
YUC cree que las comunidades deben apoyar el derecho de cada miembro de la comunidad a sentirse seguro, dentro y fuera del hogar. Los recursos en nuestro vecindario deben ser asequibles y responsables ante nosotros. Nuestras comunidades merecen estar totalmente financiadas y ser lugares satisfactorios para vivir. Necesitamos abordar los problemas que enfrentamos juntos con empatía. El estado de nuestras comunidades es un testimonio de cómo la estructura de nuestra sociedad no funciona. Nuestras comunidades no nos protegen de los daños, por lo que debemos cambiarlas. A medida que nuestras comunidades se conviertan en lugares seguros, alentarán a las personas a ser lo mejor que pueden ser. Mantenernos unidos a nuestras comunidades conducirá a un futuro unificado y más seguro. YUC está trabajando hacia ese futuro. Quiero utilizar todo lo que aprendí en Youth United for Change para convertirme en bibliotecario y luchar por un futuro mejor en el que las personas puedan sentirse seguras en sus cuerpos, comunidades y sociedad.
Traductora: Kalú Fermandois / Editoras: Kalú Fermandois, Zari Tarazona / Diseñador: Henry Savage