*Nota de la editora: El apellido de Jeremy se ocultó por razones de privacidad.
Desde mayo, Patrice Rogers ha apoyado a decenas de personas en riesgo de adicción, falta de vivienda y enfermedades mentales a través de su alcance a las calles y refugio seguro al aire libre con tiendas de campaña cerca de McPherson Square Park. El refugio seguro, llamado Stop the Risk, está ubicado en un lote abierto en 3033 Kensington Ave.
Rogers, quien fundó el programa, tiene como objetivo ayudar a los residentes a encontrar estabilidad. Comienza por tener conversaciones con posibles residentes para aprender más sobre ellos y sus objetivos.
“Conocerlos como individuos es una de las formas en que creo que podemos ayudar a detener la adicción”, dijo Rogers. “Tienes que conocer y comprender quién es ese individuo y por qué llegaron a la etapa en la que se encuentran”.
Este otoño, Jeremy *, quien es originario del norte del estado de Nueva York, vivió en Stop the Risk durante unos dos meses.
Caminaba por el lote cuando conoció a Rogers. Ella le explicó su programa, le hizo algunas preguntas a Jeremy y luego lo invitó a quedarse allí. Recientemente había regresado a Kensington después de dejar una residencia de recuperación basada en la fe. Sus objetivos eran dejar de consumir drogas y encontrar trabajo.
“En última instancia, sé lo que tengo que hacer y lo voy a hacer”, dijo Jeremy, quien se graduó temprano del programa a mediados de noviembre.
Antes de que Rogers comprara y limpiara la propiedad, estaba llena de basura y grama y malezas crecidas. Ahora, Rogers permite que hasta 10 residentes vivan ahí a la vez.
Los residentes viven en tiendas de campaña individuales ubicadas dentro de una gran carpa blanca en la propiedad hasta por tres meses.
Rogers proporciona a los residentes tiendas de campaña y, como incentivo, pueden mudarse a tiendas de campaña más grandes si están progresando hacia sus objetivos. El programa tiene reglas y requisitos, cómo ayudar a mantener el área limpia y buscar trabajo. Además, aunque la abstinencia de drogas no es un requisito, el uso de sustancias no está permitido en la propiedad.
El programa de refugio seguro de Stop the Risk es único debido a su configuración al aire libre, límite de tiempo y población objetivo. Sin embargo, Dennis Culhane, un investigador de ciencias sociales en UPenn quien se enfoca en personas sin hogar y vivienda, dijo que el modelo de refugio seguro, que fue iniciado en Filadelfia por la cofundadora de Project HOME, la hermana Mary Scullion, está bien establecido y se basa en evidencia.
“El aspecto de la barrera baja, la ausencia de requisitos de tratamiento o sobriedad, todas esas son características de los refugios seguros, y han tenido mucho éxito al involucrar a algunas de las personas que tienen mayores dificultades para conectarse a los servicios de otra manera”, dijo Culhane.
Según las personas que se han quedado allí, Stop the Risk ha servido a residentes sin vivienda que no pensaban que los refugios locales fueran una buena opción. A diferencia de los refugios, el refugio seguro es al aire libre y los residentes van y vienen durante el día y tienen un lugar seguro para dejar sus pertenencias. Además, Rogers les proporciona soporte individual.
Durante los últimos seis meses, Rogers estima que entre 20 y 30 personas se han quedado en el refugio seguro. Desde entonces, seis personas se han “graduado”, lo que significa que regresaron a casa, encontraron una nueva vivienda o continuaron su recuperación en otro lugar.
En Kensington, los campamentos con personas sin hogar, personas que consumen drogas y otras poblaciones vulnerables han sido un problema de calidad de vida en el área desde al menos principios de la década de 2000. Algunos residentes de Kensington sienten que la Ciudad solo proporciona soluciones a corto plazo, como el ciclo de limpieza de campamentos y conectando a los que están en campamentos con servicios sociales.
Rogers, quien vive cerca de Kensington, comparte esa frustración, especialmente por la falta de soluciones.
“Todos están tratando de averiguar cuál es la solución, y nadie puede encontrar una solución”, dijo Rogers. “ […] Mi programa funciona. Yo importo, Kensington importa y estas personas importan”.
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Stop the Risk: Cómo funciona
En Stop the Risk, los residentes asumen responsabilidades, como limpiar el área alrededor de la propiedad, establecer metas y buscar trabajo o trabajar.
“Traté de averiguar las cosas que la gente quería, y lo principal que querían era trabajar”, dijo Rogers, quien ha conectado a los residentes del refugio seguro con trabajos de construcción locales y el programa Same Day Pay a través de CLIP.
Y aunque el programa de refugio seguro tiene una duración de tres meses, Rogers ha apoyado a residentes como Jeremy, quienes terminaron el programa antes de tiempo. También ha apoyado a los residentes que necesitaban más tiempo.
“No los echo porque es posible que no estén listos”, dijo Rogers, y agregó que a los residentes se les permite permanecer más tiempo en el refugio seguro, según el caso.
Como parte del programa, Rogers se reúne con los residentes individualmente y como grupo para proporcionar apoyo, resolución de conflictos e incentivos. Rogers también quiere que el grupo experimente la vida diaria. Por ejemplo, en octubre, los llevó al cine para ver “Halloween Kills” protagonizada por Michael Myers.
“Comimos palomitas de maíz, y eso los hizo sentir humanos otra vez si antes no se sentían como si fueran”, dijo.
Aún así, el modelo del programa ha enfrentado algunos desafíos. A medida que se acerca el invierno, los residentes han experimentado temperaturas más frías debido a que el refugio seguro se encuentra afuera. Los fuertes vientos también han dificultado mantener la gran carpa blanca en su lugar. Rogers ha estado trabajando para conseguir la mayor cantidad de equipo de calefacción posible y una estructura de metal llamada “la cochera” (carport), que debería ayudar a estabilizar la gran carpa blanca.
“Estoy tratando de encontrar cosas que podamos tener para mantener [la carpa] unida para que la gente pueda tener un lugar seguro durante el invierno”, dijo.
Rogers agregó que en este momento necesita las siguientes donaciones además de la cochera y el equipo de calefacción: frisas, guantes, gorros, tiendas de campaña con aislamiento y sacos de dormir. En el futuro, Rogers dijo que podría beneficiarse de fondos adicionales para continuar con su trabajo. Hasta ahora, ha gastado su propio dinero para financiar los servicios de la organización.
Según la voluntaria de Stop the Risk, Jennifer Bonovitz, Rogers ha llegado a un punto en el que el programa necesita más fondos. Ahora, Bonovitz está ayudando a Rogers a solicitar el estatus de organización sin fines de lucro.
Si se aprueba, Rogers podrá solicitar subvenciones y recaudar donaciones deducibles de impuestos. Hasta entonces, seguirá proporcionando servicios lo mejor que pueda. Con fondos adicionales, Rogers dijo que podría considerar sirviendo a otros tipos de personas en riesgo y contratar personal para ayudar a administrar la organización.
“Puedo ver mi programa llegando a otro nivel”, agregó.
‘Estaré en la línea de meta esperando a cada uno de ellos’
Como parte de Stop the Risk, Rogers hace alcance a las calles del vecindario. Ella también involucra a las personas frente al refugio seguro de lunes a viernes entre las 9 a.m. y las 11 a.m. Ella y varios otros voluntarios regularmente reparten comida y ropa.
Según Bonovitz, dado que Rogers pasa mucho tiempo en el vecindario, puede observar a la gente y determinar si alguien está listo o no para comenzar el programa.
“La expectativa es que llegarán al punto en que puedan mudarse y obtener su propio lugar”, dijo Bonovitz, quien conoció a Rogers a través del voluntariado en Project HOME.
Rogers dijo que está dando a los residentes la oportunidad de “volver a la rutina”. Para ella, el programa es más que un trabajo. Es su pasión.
En un nivel más personal, Rogers dijo que solía cuidar a su esposo Jonathan, quien sufría de adicción y falleció el año pasado. Rogers solía orar para que Jonathan, el “mejor hombre” que conoció además de su padre, regresara a casa desde Kensington, y a menudo, lo recogía en McPherson Square Park.
“La gente no sabía que mi esposo tenía una esposa hermosa e hijos hermosos y que su cena estaba en la mesa esperándolo, pero él simplemente eligió venir aquí”, dijo. “No sabían que teníamos un buen carro. No sabían que mi esposo estaba en el sindicato ganando $34 [la hora]. Solo vieron al ‘adicto’. No sabían las cosas que él tenía”.
Rogers agregó que las personas sin vivienda en las calles de Kensington y sus seres queridos la impulsan a hacer este trabajo.
“Estaré en la línea de meta esperando a cada uno de ellos porque creo en ellos”, dijo. “Sé que pueden hacerlo. […] Veo a una persona que sufre de salud mental. Veo a una persona que sufre de adicción y enfermedad. Y veo a una persona que solo quiere ser comprendida y amada”.
Traductora: Yuney Garcia / Editoras: Zari Tarazona, Solmaira Valerio / Diseñador: Henry Savage
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