Nota de la editora: este ensayo de Voices fue compartido por una miembro de Youth United for Change (YUC), una organización juvenil sin fines de lucro en Filadelfia, a través de una asociación comunitaria con Kensington Voice. El grupo está activo en Kensington por sus trabajos con la comunidad.
Hola, mi nombre es Tamar Gamble. Vivo en el norte de Filadelfia y soy una estudiante de segundo año de escuela secundaria en Parkway Center City Middle College. También asisto al Community College de Philadelphia por medio de la inscripción al programa dual del colegio para estudiantes de escuela secundaria.
He vivido en diferentes partes de la Ciudad de Filadelfia a lo largo de mi vida desde el noreste de Filadelfia hasta el norte de Filadelfia. Mis padres hicieron todo lo posible para mantener a mi hermano y a mí lejos de la violencia armada y de las partes peligrosas y violentas de la ciudad. Durante la pandemia, la cantidad de homicidios en Filadelfia aumentó y sigue aumentando, pero la violencia armada en Filadelfia es un problema recurrente que afecta a las personas y las familias. Se habla con frecuencia en las noticias, este problema ha afectado a muchas personas directa o indirectamente y, en última instancia, afecta la forma en que los habitantes de Filadelfia viven su vida cotidiana.
Una mañana, hace ocho años, escuché un disparo afuera de mi casa en mi cuadra. Los vecinos gritaban, las sirenas de la policía sonaban a todo volumen y podía escuchar a una madre llorando por su hija de tres años quien recibió un disparo trágico. A pesar de que la policía estaba estacionada afuera y alrededor del lugar, todo lo que hicieron fue sentarse en su automóvil y observar. También puedo recordar cuando la violencia armada en esta ciudad me afectó personalmente. Desafortunadamente, viví tratando de procesar que un excompañero de clase de mi escuela secundaria fue brutalmente baleado y asesinado a la edad de 15 años. Era un niño brillante que era una estrella del atletismo, estaba en el cuadro de honor y no se pasaba en las calles. Simplemente estaba caminando a casa desde la cancha de baloncesto.
Las rutinas diarias no deberían incluir la preocupación de si vas a morir o vas a perder a un ser querido por causa de la violencia armada. Se supone que somos una comunidad. ¿Por qué nos mataríamos unos a otros? Debido a las altas tasas de violencia con armas de fuego en Filadelfia, muchos están aterrorizados de vivir sus vidas, caminar a la tienda o enviar a sus hijos a la escuela. Sentirse incómodo en su ciudad, ver la violencia en las noticias y en nuestra vida cotidiana afecta mucho a la comunidad.
Violencia armada en Filadelfia
Las experiencias individuales, sociales y ambientales son algunos de los muchos factores que contribuyen a la violencia armada. Debido a la discriminación racial y los estereotipos que aún existen hoy, los jóvenes negros, los jóvenes hispanos/latinos y las comunidades de la clase trabajadora se ven afectados negativamente por la violencia armada. Son más vulnerables a la violencia armada y al miedo a la policía (sabiendo que puede pasar cualquier cosa ya que la policía tiene un poder superior) como resultado de su clase social y raza. Los vecindarios de clase trabajadora en Filadelfia están compuestos en su mayoría por personas de color y negras. Estas comunidades no reciben la misma atención o apoyo del gobierno que otros vecindarios. Las comunidades blancas prósperas reciben más fondos y recursos del gobierno, y la policía está más invertida en proteger esos vecindarios que los vecindarios desfavorecidos que los rodean.
Nosotros, como comunidad unida, queremos equidad social, lo que significa que todos deberían recibir el mismo trato justo y equitativo, incluso si cada persona vive en un vecindario diferente. Los recursos no se pueden proporcionar solo a los vecindarios de clase alta y media y no a los vecindarios de clase trabajadora. No todos los vecindarios son valorados por igual por el gobierno. Por ejemplo, no se invirtió en el vecindario de Kensington mientras que se invirtió en Fishtown. Sin soluciones, las comunidades de escasos recursos seguirán viéndose afectadas negativamente por problemas como la violencia armada, la educación sin fondos suficientes y las condiciones inseguras e insalubres en las calles.
Todos podemos estar de acuerdo en que la violencia armada existe en Filadelfia y es más frecuente en el norte de Filadelfia y el oeste de Filadelfia. El gobierno ha descuidado los vecindarios negros y morenos de clase trabajadora, que se concentran en esas secciones de la ciudad. Sin la inversión del gobierno local, estas áreas son más propensas a la violencia y a las condiciones crueles.
Parece que los jóvenes de hoy están en guerra consigo mismos y otros están buscando más dinero, oportunidades y poder. Pueden involucrarse en situaciones peligrosas con la esperanza de ganar reconocimiento en las calles u obtener los recursos que necesitan. Creo que algunas personas se unen a las pandillas con el propósito de obtener dinero para mantenerse a sí mismos y a sus seres queridos. Otros pueden necesitar dinero para ahorrar o proporcionar una vida mejor a sus hijos.
A veces no hay una razón financiera. Cuando la violencia armada afecta a alguien, esa persona puede actuar de una manera particular para sobrevivir y valerse por sí mismo. Algunos pueden unirse a pandillas o grupos violentos para recibir protección y respeto frente a una violencia tan severa, y pueden actuar duro para demostrar su poder. O puede ser sistemático, en el que si una persona creció en un entorno peligroso y hostil, puede caer automáticamente en la violencia, ya que es lo único que conoce. Sin embargo, no siempre se trata de dinero o de la alegría de tener una familia; también puede tratarse de querer ser incluido o pertenecer.
La violencia es el PROBLEMA, no la solución
Los estudiantes de Filadelfia con frecuencia experimentan encierros cuando ocurre violencia armada cerca de sus escuelas. Muchos niños tienen miedo de asistir a la escuela debido a los eventos impactantes que suceden todos los días a su alrededor.
Decidí entrevistar a algunos estudiantes de mi escuela, Parkway Center City Middle College, y hacerles las mismas cuatro preguntas. Las preguntas fueron: “¿Cómo se siente usted sobre la violencia armada en Filadelfia?” “¿Por qué usted cree que ocurre la violencia armada?” “La violencia armada afecta principalmente a las personas de color y a las comunidades de clase trabajadora, así que sabiendo esto, ¿por qué usted cree que ellos son los más afectados?” “¿Cuál cree usted que es una solución para poner fin a la violencia armada o disminuir los homicidios asociados con la violencia armada?”
Algunos de los estudiantes con los que hablé dijeron que tienen que tener cuidado con quién pasan el rato y a dónde van porque están aterrorizados de lo que les podría pasar si salen de su casa. Todos están de acuerdo en que la violencia armada es un problema terrible y generalizado en Filadelfia. Sin embargo, la gran mayoría de los estudiantes encuestados dijeron que no estaban seguros de una solución. Creen que este problema se ha normalizado y que las personas siempre tendrán acceso a las armas. Desafortunadamente, la violencia armada es algo que pasa todos los días en Filadelfia, y la gente no se sorprende.
Construir una solución requiere tiempo y voluntad para hacer una diferencia. Imagine una ciudad donde los residentes y las familias tengan más fe en el gobierno, se sientan más seguros y disfruten de calles más limpias y seguras. ¿No sentirías como si te hubieran quitado un peso de encima? Simplemente poder disfrutar de sus vidas, estar orgullosos de nuestra ciudad y vivir en un vecindario donde nuestros hijos puedan crecer en un ambiente seguro. No queremos mirar hacia atrás años después y ver cómo nuestras comunidades se han deteriorado o se han mantenido igual. Para ver un cambio, juntos, debemos luchar por nuestras necesidades, nuestro respeto y nuestra comunidad.
Necesitamos un plan de estudios en las escuelas donde los maestros eduquen a los niños sobre la seguridad y cómo vivir en una ciudad impredeciblemente peligrosa. Debe haber clases dirigidas a concientizar sobre este problema y que medidas de seguridad seguir en caso que se presente un caso de violencia armada, promover la mejora de la “Ciudad del amor fraternal”. Además, se necesitan leyes y restricciones de armas más estrictas para evitar compras de armas rápidas y fáciles. El gobierno local también debe comenzar a invertir en recursos y apoyo en las comunidades afectadas. En cuanto a la falta de confianza en la policía, los oficiales de policía podrían trabajar con centros recreativos y escuelas para construir relaciones más sólidas con los ciudadanos y aumentar la confianza en el sistema policial.
Para sentirse escuchados, los negros y morenos, así como la clase trabajadora, exigen más respeto, atención y recursos por parte del gobierno local. Invierta en Filadelfia, ponga fin a la violencia que afecta y que se refleja en toda la ciudad. No deberíamos tener que cambiar nuestra forma de actuar o movernos para adaptarnos al estado de inseguridad actual de Filadelfia. Este miedo de ir a la tienda, caminar afuera o ir a la escuela impide que las personas vivan sus vidas y tiene un impacto severo en su futuro. Trabajemos juntos para encontrar soluciones que permitan que nuestros niños jueguen seguros en el parque, que nuestras calles sean seguras y que los vecinos expresen cariño y respeto. Como dijo Henry Ford, “unirnos es un comienzo. Mantenerse juntos es progresar. ¡Trabajar juntos es el ÉXITO!”
¿Ha sido afectado por la violencia armada en Filadelfia? Haga clic aquí para obtener recursos gratuitos de Up the Block, un proyecto creado por The Trace, una sala de prensa sin fines de lucro que cubre la violencia armada.
Traductora: Yuney Garcia / Editoras: Solmaira Valerio, Zari Tarazona / Diseñadora: Zari Tarazona